Esquemas narrativos y trama
Conocer algunos esquemas narrativos puede ayudarte en el planteamiento de la historia que vas a escribir.
Hacer un esquema previo de lo que quieres contar, puede funcionar como hilo conductor y te puede ayudar a orientarte para saber por dónde continuar, ampliarlo o reducir según qué partes.
1. Tipos de esquemas:
1. El esquema que subyace en muchos relatos tiene tres partes bien diferenciadas que corresponden a tres grandes momentos:
- Un personaje central quiere algo.
- Lo persigue a pesar de la oposición que encuentra, en la que, quizá, se incluyan sus propias dudas.
- Gana, pierde o se inhibe.
2. Otra variante sería una tan simple como: equilibrio – desequilibrio – equilibrio.
3. Variante actancial. Basar el esquema en la actuación de los personajes y en los personajes mismos. Básicamente habría seis tipos: sujeto, objeto, oponente, ayudante, destinador y destinatario.
4. Paul Larivaille habla de otra variante consistente en un equilibrio inicial, una perturbación, transformaciones, resolución y estado final, o sea, como un juego de una fuerza estática inicial, fuerzas dinámicas que alteran el orden y una fuerza estática que lo reacomoda.
5. El del best-seller: una de las últimas escenas ha de tener un poder emocional. La técnica más sencilla para mantener viva la curiosidad del lector, empleada por muchos autores de best-seller, es la de iniciar el primer capítulo con un dilema (conflicto) que abre una expectativa se que resuelve al cabo de unas páginas pero que va abriendo nuevos subdilemas hasta la resolución final de todo.
2. La trama
Podemos encontrar dos modos de estructurar la trama de las novelas: la clásica y la moderna.
En la clásica nos encontramos con un planteamiento, un desarrollo y un final, en el que hay una trama principal con uno o varios personajes principales que quieren alcanzar una meta. En el desenlace, todas las tramas convergen y llegan al clímax, es un punto de intensidad donde todo se cierra, se resuelve y se atan todos los cabos (o así tendría que ser).
En la novela moderna, esto no es del todo así. El tema y su tratamiento responden a la convicción de que cada individuo tiene su verdad personal, que suele ser contradictoria. En muchas ocasiones, el desconcierto es el aspecto que produce la trama. Los personajes y el escenario pueden estar fragmentados o esbozados de forma incompleta. Es común el desorden temporal o el tiempo circular.
Disposiciones de la trama en la novela:
- Convergente. Todo converge en un desenlace. Es lo que hemos llamado novela clásica.
- Divergente. Los elementos no confluyen en el desenlace, en el final no se explicita la resolución del conflicto.
- Concéntrica. Los elementos giran en torno a un núcleo central y lo explican. Es una trama nítida y sintética en la superficie y con mucha mayor ambigüedad en los desarrollos que se urden en un plano más profundo.
- Dispersa y difusa. No hay organización precisa, ni definida. Es un conjunto de incidentes disgregados. (Parábola del náufrago de Delibes o Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos).
- Abierta. Es una suma de elementos integrantes sin cerrar la estructura. (la Hija de la Fortuna de Allende).
- Interrogación-respuesta. Un núcleo interrogativo y varias respuestas o al revés.
- De repetición. Repetición de una idea o un núcleo en un modo idéntico o con adición de algún elemento nuevo. Por ejemplo, de una frase, como en el Corazón tan blanco de Marías.
- “En punto atrás”, con avances y retrocesos.
- Trenzada. Tejida por varias intrigas de uno o más personajes. Intentaría ser un relato estereoscópico. (El cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell).
- De contrapunto. Dos polos opuestos y sus realidades. Por ejemplo en La posibilidad de una isla de Houellebecq, entre el afán de la inmortalidad que subyace al inicio de cada vida humana y la conciencia de su irrelevancia en el orden cósmico.
- Historias engarzadas. Interrumpiendo el orden de una historia para ir engarzando otras.
- Con simetrías. Recurriendo por ejemplo a elementos idénticos con variaciones puntuales.
- Paralela. Con escenas homologas entre las que hay una correspondencia interna.
- Cajas chinas. En lugar de una trama, hay varias que entretejen el relato como si fueran capas de cebolla.
- Analizante. Una proposición inicial que se desarrolla a continuación, como en la novela estructurada sobre el enigma. (Ej. La comedia humana de Balzac).
- Sintetizante. La idea final se deduce de las anteriores, como ocurre en la novela policiaca. Suele ser deductiva. Al contrario de la anterior, parte de lo particular para llegar a lo general.